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Sympathy for the Guardia Civil



Hay pocas figuras en España que despierten tantas emociones encontradas como la Guardia Civil. No importa si te han parado en un control de carretera, si los has visto escoltar a políticos con gesto imperturbable o si los has imaginado, en blanco y negro, persiguiendo bandidos por la Sierra Morena. Están ahí. Siempre han estado ahí.

Son la España de la boina verde y el tricornio negro, de la patrulla discreta en los pueblos perdidos y de la presencia inmutable en los momentos clave de la historia. Custodiaron caminos cuando el país era un nido de salteadores, vigilaron costas cuando el contrabando era un arte, y han sido testigos de guerras, atentados, manifestaciones y silencios. Porque, si hay algo que sabe hacer bien la Guardia Civil, es estar.

Respetados por unos, temidos por otros, ignorados por nadie. No se levantan monumentos en su honor, pero están en cada carretera. No ocupan titulares, pero aparecen en cada suceso. No piden aplausos, pero han enterrado a los suyos en tiempos de plomo y ceniza. Son el eco de una España que ha cambiado, pero que no se entiende sin ellos.

Los ves y el instinto es el mismo de siempre: bajar la velocidad, corregir la postura, revisar el cinturón. Porque la Guardia Civil no es una presencia agresiva, es una sombra de autoridad que recuerda que las normas existen y que, aunque a veces se olviden, alguien sigue vigilando.

Es difícil definir la sensación exacta que provocan. No es miedo, pero tampoco comodidad. No es admiración, pero sí respeto. Es una mezcla de historia, inevitabilidad y esa incomodidad natural que despierta quien ha estado ahí desde siempre y seguirá ahí cuando todo lo demás cambie.

Y es que, en España, puedes cambiar de gobierno, de bandera, de equipo de fútbol o de ideología. Pero si un día te encuentras en una carretera solitaria y aparece una pareja de guardias con su tricornio, sabrás que hay cosas que no desaparecen.


Por eso, más que amor o desprecio, lo que muchos sienten por la Guardia Civil es algo más sutil, más español. Algo que solo se puede llamar "Sympathy for la Guardia Civil".

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Caminante no hay camino